Una jornada en el Centro de Innovación Gastronómica de Aragón ha reunido a representantes de ambos sectores con el objetivo de aprovechar su potencial
Productores agroalimentarios, cocineros y restaurantes de la provincia de Huesca se han dado cita este lunes en el Centro de Innovación Gastronómica de Aragón, en el Parque Tecnológico Walqa, en Huesca. El lema de estas jornadas es «la riqueza olvidada».
La razón, tal y como ha explicado el presidente de la Asociación Provincial de Hostelería, Carmelo Bosque, es que la producción agroalimentaria y su transformación constituyen un «gran valor» para el territorio y tiene un gran potencial de futuro.
En ocasiones, ha explicado, ni siquiera nosotros mismos conocemos los productos característicos de las localidades altoaragonesas y hasta qué punto llega su exquisitez, poniendo como ejemplo los guisantes que se producen en Almudévar que, en su punto óptimo de maduración, tienen más calidad que los guisantes de lágrima. También hay otros ejemplos como las judías en Sobrarbe que están adquiriendo una gran importancia en los últimos años y ya hay empresas que han sabido ver las posibilidades que ofrecen para vender un producto diferenciador.
Una buena alimentación es «un factor esencial para la salud y la educación de la población». Así lo ha defendido el consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente del Gobierno de Aragón, Ángel Samper, que ha explicado que uno de los principales objetivos de su departamento para este mandato es unir todos los activos que permitan conseguir mejorar esta cuestión.
Durante esta jornada han participado ponentes como Ismael Ferrer que ha llevado a cabo la conferencia inaugural, y los responsables de las empresas Carnísima, Ricardo Buil, y de Bodegas Edra, Álex Ascaso, y se han llevado a cabo una serie de actividades como una muestra de productos agroalimentarios, un encuentro con el sector hostelero y una cata de productos realizada por cocineros aragoneses.